viernes, 1 de diciembre de 2006

Semilleros, jardín de infancia en la Legión


Conforme a la usanza general de la Legión, su terminología tiene su origen en las costumbres de la Legión Romana; y a esa terminología hay una palabra, "Velites", que comienza a revocar ya episodios por ideales mundanos.Los velites de los tiempos romanos eran ágiles tropas de escaramuza que peleaban con la Legión, pero no formaban parte de ella. Más tarde, según nos cuenta la historia, la Legión las absorbió.En la Legión de Nuestra Señora, los semilleros vienen a ser algo parecido a los velites, un grupo de niños a quienes se les está entrenando en el espíritu de oración y trabajo apostólico, bajo la dirección de nuestra Bendita Señora, preparándolos de esta manera para llegar a ser Legionarios completos.Fueron creados para resolver un problema práctico en la parroquia de Silvertown, Inglaterra. El problema consistía en: ¿Cómo formar a estos niños entusiastas para que se convirtieran en algo mas que en mandaderos parroquiales? Ya que ellos repartían semanalmente el boletín con las noticias de la parroquia. ¿En qué forma seria posible incorporarlos a la vida de la Legión de María, alrededor de la cual giraba la Parroquia? Su edad no les permitía hacerlos miembros de la Legión. Además el número era demasiado grande como para formar un praesidium juvenil pero se quería que tuviesen conexión con la Legión. Por lo tanto se ideó un programa sencillo y se invitó a los niños a la reunión. Al principio se llamó Pre-Legión, pero no fue del todo bien recibido, ya que hay dificultades y objeciones obvias al uso de este nombre para algo que todavía no es parte del Sistema de la Legión.Fue el Hermano Frank Duff que sugirió el nombre de Velites a estos pequeños, nombre que fue aceptado con orgullo inmediatamente. Pero después fue cambiado por el nombre por Semilleros. No hay duda que con los semilleros se llena una necesidad que tienen muchas Curiae especialmente juveniles a los que se afilian Praesidia que confrontan esos problemas con niños que tienen deseos de pertenecer de algún modo a la Legión de María.Las reuniones de los semilleros son sencillas y se recomienda a aquellos que desean seguir nuestro ejemplo que usen el nombre de semilleros y sigan por un programa hasta que se tenga una experiencia más amplia que, pueda indicar la necesidad de una modificación. Por supuesto, que el trabajo será diferente en distintos lugares como lo imponga la necesidad en la parroquia, o en la Curia, pero las ideas principales -una reunión semanal y una obligación de trabajo semanal, ambos siguiendo un programa definido no deben alterarse, si se usa el nombre de semilleros".La reunión comienza con el rezo de una decena de Rosario, seguido de una sencilla Lectura Espiritual (Se recomienda un libro sobre Vida de Santos). Entonces el Presidente (un legionario adulto, o juvenil experimentado), pregunta: ¿Tienen algún informe del trabajo de la semana pasada? Mientras esto sucede uno de los semilleros tiene el cargo tan deseado de marcar en el registro (que lo hacen por turno) a los que están ausentes. Hay que hacer notar que no se hacen Actas de las sesiones y que no hay miembros en el Directorio.El Presidente comenta sobre los informes y sobre la forma en que se mantiene el altar. El altar es sencillo y sólo basta con cualquier imagen de Nuestra Señora, pero no debe usarse el paño y el Vexillum de la Legión.Se está entrenando a los niños para que más tarde sean Legionarios y debemos tener cuidado de que cuando entren en la Legión esto sea algo más de lo que tuvieron con los semilleros.Luego se recita la Catena y el Director Espiritual hace una pequeña charla. Una religiosa o una guía espiritual pueden hacer esto en sustitución del sacerdote; pero al igual que la Legión, el ambiente que hay con la presencia y la participación del Sacerdote en la reunión es de suma importancia.Entonces se distribuye el trabajo, que puede ser variadísimo e incluye también el buen comportamiento personal, tanto en estudio, en la casa y en la piedad tratando de ser siempre los primeros, etc. Se puede cerrar la reunión con la oración de San Ignacio: "Oh Buen Jesús, enseñame a ser generoso... " y con la bendición del sacerdote.

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