sábado, 25 de noviembre de 2006

La medalla de la Inmaculada Concepción, llamada "Medalla Milagrosa"



Lo que significa esta devoción
Don de la Santísima Virgen.
LA MEDALLA MILAGROSA proviene directamente de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Es un regalo del Cielo que nunca ha dejado de prodigar gracias maravillosas a través del mundo entero. Es un medio sencillo y muy eficaz para beneficiarnos de la protección de María en todas nuestras necesidades espirituales y temporales.
El 27 de noviembre de 1830, en la Capilla del convento de las Hijas de la Caridad, rue du Bac en París, la Santísima Virgen apareció a Santa Catalina Labouré (1806-1876) por segunda vez. Ese día, la Reina del Cielo Se manifestó con un globo a Sus pies y sosteniendo en Sus manos, a la altura del pecho, otro globo más pequeño que parecía ofrecer a Nuestro Señor con gesto de súplica. De repente, Sus dedos se cubrieron de anillos y gemas de gran belleza que irradiaban fulgores que se esparcían por doquier...
La Virgen posó los ojos en la humilde novicia que La contemplaba. He aquí, le dijo, el símbolo de las gracias que Yo derramo sobre las personas que Me las piden... --«haciéndome comprender,» escribe la Santa, «¡cuán generosa es Ella hacia las personas que se las imploran; cuántas gracias otorga a los que se las piden; qué alegría Ella siente al darlas!»-- Las gemas que permanecen a la sombra representan las gracias que olvidan pedirme.
En ese momento, se formó en torno a la Virgen un cuadro un tanto ovalado sobre el que se leían estas palabras, inscritas en letras de oro:
O María
sin pecado concebida,
rogad por nosotros
que recurrimos a Vos.
En una actitud que nos invita a confiar y acudir a Ella, las manos de María descendían y se explayaban, tal como lo vemos representado en la medalla.
Sor Catalina Labouré contemplaba esta visión dichosa. Luego me dijo la santísima Virgen: "Haz que acuñen una medalla según este modelo. Todos aquellos que la lleven recibirán grandes gracias, especialmente si la llevan colgándosela del cuello. Las gracias serán copiosas para cuantos la lleven con fe" (Santa Catalina Labouré)
El cuadro parecía tornarse, y Sor Catalina vio, en el reverso, la letra M rematada por una pequeña cruz, y debajo, los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Ambos Corazones han sido invocados ya desde la primera junta de la Legión en las preces preliminares. El primero estaba rodeado de una corona de espinas, y el segundo traspasado por una espada. Doce estrellas aureolaban el monograma de María y los dos Sagrados Corazones, todo ello recuerda la Pasión de Jesús y la Compasión de María, aquel misterio que mereció el tesoro de gracias que los legionarios suplican tener, con el privilegio de dárselo a otros en compañía de María. Sor Catalina llevó a cabo fielmente la misión que el Cielo le había encomendado, mas por humildad y por amor de la vida retirada, lo hizo de tal manera que, hasta su muerte, nadie en derredor suyo supo que ella era la mensajera escogida por la Reina del Cielo. Su confesor recibía sus confidencias pero tardó mucho en creer en ellas. A instancias de la Virgen decidió él por fin hablar del asunto a Monseñor Quélen, Arzobispo de París. Corría el año de 1832. La medalla fue acuñada y al instante se difundió prodigiosamente por todo el mundo, acompañada de incesantes prodigios de curaciones, protecciones y conversiones, al punto que se le dio el nombre de Medalla Milagrosa.
Llevemos esta Medalla de la Santísima Virgen con respeto, y repitamos a menudo, con amor y confianza, la invocación con la cual nuestra Madre Celeste quiere que Le pidamos Sus favores:
O María
sin pecado concebida,
rogad por nosotros
que recurrimos a Vos.
La Medalla tiene por fin extender la devoción a la Inmaculada Concepción. Pero también muestra a María como Medianera de todas las gracias; y, así abarca los varios aspectos según los cuales considera la Legión a su Reina, a saber: María Inmaculada, Madre y Medianera.
La representación de la Inmaculada Concepción queda complementada por la del corazón Inmaculado de María en el reverso de la Medalla: aquélla retrata a María concebida sin pecado; ésta, a María sin pecado para siempre.
Hay algunos católicos ansiosos de mostrarse avanzados, intelectuales, que desprecian esta Medalla, lo mismo que otras medallas y escapularios, como si fueran supersticiones. Esta actitud de falta de respeto hacia los sacramentales aprobados por la Iglesia es una temeridad. Y además peca contra la evidencia de los hechos, porque no hay duda de que el uso de la medalla ha sido bendecido por Dios milagrosamente. La fiesta de nuestra Señora de la Medalla Milagrosa se celebra el 27 de noviembre.
Un caso relatado por Frank Duff sobre la Medalla Milagrosa
... Algunos de ustedes han oído la historia de la chica india ahogada en el río Cowichan. El cuerpo había sido buscado inútilmente durante una semana por la tribu entera. Vino enseguida a la superficie en el lugar donde se echó una Medalla milagrosa en el momento de abandonarse a la búsqueda. Un día conté esta historia a un grupo legionario. Una hora después, un reloj se perdió en el yermo de una ladera de montaña donde diez mil hombres no habrían bastado para encontrarlo. Acordándose de la historia, se echó una medalla en medio de un enredo de vegetación. Cayó sobre el reloj. La medalla podía subir un cuerpo, podría encontrar un reloj. Más importante puede despertar la vida en un alma muerta. Pero tan solo es un canal de fe; por eso nunca entregues la medalla de manera meramente mecánica. Deliberadamente haces la intención de que sea una portadora de vuestra fe y de la entrega de esa alma al cuidado de su Madre María, cuya imagen está en la medalla.Frank DuffMaria Legionis Nº 3, 1973
Apéndice 6, del Manual Oficial de la Legión de María
"Luego me dijo la santísima Virgen: "Haz que acuñen una medalla según este modelo. Todos aquellos que la lleven recibirán grandes gracias, especialmente si la llevan pendiente del cuello. Las gracias serán copiosas paracuantos la lleven con confianza" (Santa Catalina Labouré).
Los legionarios harán muchísimo aprecio de esta medalla, que está tan íntimamente asociada con la historia de la Legión. La imagen de la Milagrosa que adornó la mesa de la primera junta no fue elegida deliberadamente con preferencia a otras, y, sin embargo, sintetizó de manera maravillosa la concepción espiritual de la organización, que nació, así, en torno de Ella.
Ya desde un principio se recomendó el uso de la medalla en el trabajo legionario. La invocación que aparece en la Medalla se dijo ya en la primera junta, y ahora la rezan diariamente todos los socios, como parte integral de la Catena. La Medalla es parte integral del Vexillum de la Legión.
El que la Medalla esté tan íntimamente ligada con la piedad legionaria es cosa que invita a meditar. Y las consideraciones siguientes harán ver si esto es debido a circunstancias fortuitas o a la delicada y admirable disposición de la Providencia:
a) La Medalla tiene por fin extender la devoción a la Inmaculada Concepción. Pero también muestra a María como Medianera de todas las gracias; y, así abarca los varios aspectos según los cuales considera la Legión a su Reina, a saber: María Inmaculada, Madre y Medianera.
La representación de la Inmaculada Concepción queda complementada por la del corazón Inmaculado de María en el reverso de la Medalla: aquélla retrata a María concebida sin pecado; ésta, a María sin pecado para siempre.
b) El reverso de la Medalla ostenta la imagen del Sagrado corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Ambos Corazones han sido invocados ya desde la primera junta de la Legión en las preces preliminares. Los dos Corazones -el uno coronado de espinas, el otro atravesado por una espada-, y, encima, la Cruz y una M mayúscula: todo ello recuerda la Pasión de Jesús y la Compasión de María, aquel misterio que mereció el tesoro de gracias que los legionarios suplican tener, con el privilegio de dárselo a otros en compañía de María.
c) Por una coincidencia verdaderamente notable, el cardenal arzobispo de París comenzó la audiencia en que dio su aprobación y bendición a la Legión a la misma hora y el primer mismo día del primer centenario de las apariciones de la Virgen Milagrosa a Santa Catalina Labouré, que tuvieron una significación especial para Francia.
Podemos, pues, afirmar que la Medalla ha sido como asimilada por la Legión; y que la misión del legionario incluye la de la Medalla. El legionario es, por decirlo así, una medalla viviente, un humilde instrumento en manos de la Virgen, para derramar sus gracias por el mundo.
Hay algunos católicos ansiosos de mostrarse avanzados, intelectuales, que desprecian esta Medalla, lo mismo que otras medallas y escapularios, como si fueran supersticiones. Esta actitud de falta de respeto hacia los sacramentales aprobados por la Iglesia es una temeridad. Y además peca contra la evidencia de los hechos, porque no hay duda de que el uso de la medalla ha sido bendecido por Dios milagrosamente.
Así como los legionarios deben considerar como soldados, así también deben tener la Medalla milagrosa como su rama principal. No hay que dudar de que María comunicará a su Medalla doble eficacia en manos de los legionarios.
Por medio del rito de su alistamiento en la Legión, uno queda convertido en miembro de la Asociación de la Medalla Milagrosa, sin necesidad de una inscripción oficial en ningún registro. El socio queda facultado automáticamente para lucrar todas las indulgencias otorgadas a la Asociación.
La fiesta de nuestra Señora de la Medalla Milagrosa se celebra el 27 de noviembre.

No hay comentarios: